Las cortinas se cierran... un pequeño descanso, y aparecen Diego y Ricardo en el escenario, con un instrumento rarísimo, bajo por un lado, guitarra por el otro, que ambos tocan, dando vueltas, y vociferan la letra, tras unas máscaras... Freak!
La cortinas se cierran nevamente. Tras las cortinas se oyen carreras en un sentido y otro, transporte de equipos, instrucciones silenciosas... Las luces de La Trastienda vuelven a apagar, y aparece "La Aplanadora". Suenan los mismos acordes de La Ñapi de Mamá con los que se despidieron del bloque acústico, pero esta vez con aquella potencia y fuerza que a los fanáticos nos ha cautivado por años... Y tocan todo, pasan por todos sus discos, tiran los temas más salvajes a la parrilla: Cabeza de Maceta, Tanto Anteojo, Nene de Antes, Azulejo, Salir a Asustar...
El concierto comienza a llegar a su fin... Indignados, el público comienza a exigir más y más... Ricardo mira a Diego esperando su consentimiento, Diego dice que está cansado... los años no pasan en vano... Ricardo da los primeros acordes del 38, Catriel lo sigue, y Diego después de una sonrisa acusadora, también. Sigue Basta Fuerte, y se despiden... Viene el desborde todos de pie, al escenario, los chicos reparten los souvenirs típicos: uñetas, cuerdas, baquetas... Yo, impresionada, solo atino a sacar mi escondida cámara fotográfica (el local no permite el ingreso de filmadoras ni cámaras, y durante todo el show, gorilas guardias persiguen a los porfiados que insisten en fotografear a los músicos)... Asi logro el único y pobre registro visual de ese concierto... aun cuando el recuerdo más importante queda en mi memoria...