Sonidos en Letras....

16 noviembre 2006



Robbie Williams - Estadio Nacional - 10 de Octubre de 2006

Lo primero que me pregunto mientras camino desde mi casa hacia el Estadio Nacional, distante un par de cuadras, es qué hacen mis orejas acostumbradas a las guitarras distorcionadas, compartiendo con esta cantidad de chicas estridentes, vestidas para la ocasión como si fueran a una cita con el Sr. Williams, y no a un concierto, se frotan las manos mientras esperan para que las luces se apaguen y aparezca "él".

Bueno, decidí ir a ver a Robbie Williams por varias razones. Primero, porque formó parte de Take That.... No, eso es mentira... Voy a verlo porque es guapísimo... No, eso tampoco es cierto. En realidad, voy a verlo porque me parece respetable dentro del pop, porque lo he escuchado cantar algo de Sinatra, Martin y esa escuela, y me pareció notable. Voy a verlo, porque los ingleses lo odian por su mal gusto y sus tatuajes, precisamente, lo que a mi me gusta de él. Voy a verlo porque es una estrella mundial.

Cuando las luces se apagan, la música casi no se escucha... El griterío es infernal. Robbie aparece entre el humo en la pasarela que su escenario tiene, para estar más cerca de las mujeres que sueñan, más con su cuerpo que con su música. Salta, corre, baila, juega, hace reir, bromea... pero canta poco. Inteligentemente, trae con él a un coro de 6 personas que lo cubren perfectamente en cada una de sus canciones. La banda? poca cosa... Ví mejores conciertos de él por TV... y pienso, claro, estamos en Chile no más... no es el Live 8... Aunque si hay muchas luces, una pantalla grotesca de grande, comparable solo con lo que hizo U2 en febrero, y mucha parafernalia. Cosas que una agradece, cuando está acostumbrada a asistir a conciertos donde el escenario no importa, más que por la calidad de los músicos que se encuentran en él.

Y para no sentirse tan solo, trajo a un amiguito con el que cantó un par de buenas canciones, jugueteó y bromeó (una vez más) e hicieron un escocés cara pálida.

Pero es un tipo jugado, tira toda la carne a la parrilla, canta todos sus éxistos archiconocidos, y en recompensa, recibe a 40.000 personas cantando con él, a todo pulmón. Incluso, deja temazos como No Regrets fuera, y nadie se da cuenta.

Me voy a casa cansada de cantar y bailar. Solo es eso, pop.

Comentado por FrancisK :: 13:11 :: 1 Mojadas de Potito...:

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