Me pregunto si a lo menos una de las decenas de miles de personas que anoche tuvimos el privilegio de ver a U2, en su visita a Chile, imaginaron lo que viviríamos ese par de horas en que la banda irlandesa, literalmente nos bendijo con su presencia.
Se me hace difícil hablar de la experiencia, y más aún, escribirla. He estado en conciertos llenos de nostalgia, en conciertos potentes, en conciertos bien producidos, en conciertos emocionantes... Nunca estuve en uno que uniera todo lo anterior, y con creces.
Después de la experiencia, se entiende todo. La merecida y poco inflada trayectoria de U2, su total vigencia hasta nuestros días, la postulación de Bono al Nobel de la Paz, la histeria por conseguir sus entradas, el Nacional colapsado.
Lo tocaron todo: lo más oreja, lo más bonito, lo más nuevo, lo más clásico, lo más significativo. Pero lo más importante, es que U2 no vino solamente a tocar... ellos logran el contacto, la comunicación, la emoción, un sonido y ejecución impecables. Es lo que resulta de darle sentido a la música y a la palabra, poner al servicio de la humanidad el talento que se recibe.
U2 y, en particular Bono, despojan la consigna de “Paz y Amor” de cualquier añejo aroma hippie. Sin panfletos, sin sentimentalismos baratos, sin connotaciones políticas. En ocasiones no bastaba con gritar sus canciones, era necesario oír ese Estadio lleno como nunca antes. En ocasiones bastaba con cerrar los ojos. El silencio se hizo escuchar, cuando los primeros artículos de la convención de la Declaración Universal de Derechos Humanos desfilan por la pantalla gigante que sirve de marco al concierto. Nadie pudo quedar indiferente cuando en la misma pantalla, la banda alude al concepto y posibilidad de CoeXistencia entre Israelitas y Palestinos, donde la C es la simbólica luna musulmana, y la X, la estrella de David. Todos nos sentimos un poco más americanos cuando en la introducción de “Where The Streets Have No Name” el sueño bolivariano aparece en las pantallas, desfilando todas las banderas de Latinoamérica por la pared visual. Mis ojos estuvieron en lágrimas, en muchos momentos.
Se transforma en un honor que la bandera chilena cubra por completo la chaqueta que Bono vistió al comienzo del concierto... ¿Alguien podría pensar que lo que busca es ganarse al público?... Aquel que ha recorrido el mundo entero, llega a Chile no a encerrarse en un hotel, sino a reunirse con el Presidente, a recibir un premio, a conocer a la Presidenta electa, a ver el monumento del Presidente Allende, a empaparse de aquella historia que conoce en letras, y que para nosotros, es parte del paisaje cotidiano. Se toma la molestia... se da la paja de conocernos.
U2 nos regala un espectáculo hecho de detalles, más allá de la grandeza de su música, donde no hay espacio para la distancia.
(Fotografía de José Miguel Pérez, El Mercurio)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarEs increíble que un cantante de música Rock, como Bono, haga lo que tu explicabas: "Se da la paja de conocernos". eso, de verdad que se agradece un montón, porque m´ñas allá de lo que fueron las canciones, el concierto entero deja esa sensación bastante extraña de algo "histórico". Además, Bono no tán sólo hablo en forma general en el concierto, recuerdo que en un momento nos dijo algo asi como "que ni la derecha, ni la izquierda sea un motivo de desigualdad, si no que sea un motivo de trabajo en común". ¿Algun político, alcalde o intendente a dicho esto de forma más convincente, noble y honesto que Bono? No se, Yo creo que no.
ResponderBorrarSaludos, tarde en escribirte por estar muy ocupado, pero sin lugar a dudas te seguiré viendo.
Bye.
Mauro.
Llegue aqui por ''misterio'' y realmente has analizado mas alla la venida de U2 y comparto 100% tu nota ...bueno nada mas que escribir
ResponderBorrarLes agradezco un montón sus comentarios, y también, que compartan conmigo algunas sensaciones que quedaron luego de la EXPERIENCIA que significó el concierto de U2.
ResponderBorrarDe verdad tu análisis me remonta nuevamente a ese día.
ResponderBorrarLa espera dían anteriores fué desesperante y todo pasó tan rapido!!
Beitos amigui.
No soy muy fanático de U2, tengo 2 discos de ello, y nada más. Los ví el 98 y el 2006, ambas en galería. Este concierto estuvo más emocionante y más íntimo que el anterior, me emocioné hasta las lágrimas en "Sometimes you can't make it on your own", pero como concierto en general, incluyendo la puesta en escena, el show y la contingencia que ocurría al momento del concierto, me quedo con el primero. El de este año rayó en la obviedad... además, los goles de Salas a Inglaterra en Wembley vistos en pantalla gigante, para después ver a la banda salir del limón de espejos vistiendo la roja, para que posteriormente Bono patte la pelota a la cancha mientras The Edge hace un Riff no se comparan a la puesta en escena de discursos que venimos escuchando de parte de Bono desde hace tiempo, y que ya lo hacen parecer más un predicador que el líder y vocalista de la banda de rock más importante de los últimos tiempos.
ResponderBorrarHola Fran ... me alegro de haberte conocido gracias a un estupido machista que buscaba "modelitos cantantes amariconados" para su banda de quien sabe que .... gracias a este personaje llegue a tu blog wenissimo, de calidad informativa digna de la especie femenina rockera de este pais.
ResponderBorrarsaludos, la batera de Amnessia (en Fu Remol) en tu nombre.